El porqué de este proyecto
Porque conocemos los beneficios que las enseñanzas artísticas proporcionan a los niños (ver entrada anterior)
Porque queremos aprovechar el placer que de forma innata sienten por la música para educar
Porque pretendemos una educación integral del niño
Porque creemos que el arte forma parte de todo individuo y nos tenemos que dar la oportunidad de tomar conciencia de ello
Porque nuestro objetivo no es crear grandes músicos, sino mejores personas
Los objetivos del proyecto
Despertar el interés y el placer por distintas manifestaciones artísticas, y especialmente la música
Ayudar al desarrollo del niño en los niveles cognitivo, motriz, social y emocional
La educación en valores
Interiorizar. El objetivo es empezar a interiorizar y desarrollar habilidades que requieren mucha práctica y tiempo, como son el sentido rítmico y el desarrollo del sistema auditivo (afinación, discriminación de sonidos, etc) aprovechando que en esta etapa el niño tiene más facilidad para hacerlo
Dar a las familias ideas y recursos para disfrutar el tiempo libre con sus hijos de otra manera
La metodología
El proyecto recoge aspectos de varias metodologías creadas por pedagogos y musicoterapeutas:
Willems. Trabaja especialmente el desarrollo auditivo mediante la canción y la audición. Diferencia entre oír y escuchar. Relaciona los distintos aspectos de la naturaleza humana con los de la música (melodía-afectividad, ritmo-cuerpo y movimiento, harmonía-intelecto). Uno de sus materiales que tenemos en clase es el juego de Campanas Willems.
Dalcroze. Su método se basa en el movimiento, ya que éste es la respuesta natural a la música. Ritmo y melodía se trabajan a través del movimiento y la imaginación. Método muy activo.
Orff-Sculwerk. La música se encuentra en todas partes y todos podemos hacer música, desde cualquier nivel. Utiliza el lenguaje y el movimiento para trabajar el ritmo, y usa materiales y elementos culturales próximos al entorno del niño. Se crea e improvisa desde un principio, y se va de la práctica a la teoría. El niño usa instrumentos rítmicos y melódicos desde muy temprano. De acuerdo con una educación integral, las clases son multidisciplinares.
Entonces...¿Cómo se traduce todo esto en las clases?
Las clases se basan en el aprendizaje significativo. Para ello, éste debe ser vivencial, activo y participativo, dando espacio a la imaginación y a la creatividad.
Nuestros pequeños necesitan que las clases sigan unas rutinas conocidas y bien estructuradas, ya que les da seguridad y tranquilidad. A su vez, cuando entran en clase de música entran en un mundo mágico, donde nada pasa porque sí, sino que las canciones aparecen de cuentos o de saquitos mágicos, imaginamos que somos distintos personajes y estamos en infinidad de sitios distintos, hay instrumentos que nos visitan cada día, etc. Esto crea un ambiente muy motivador, y por ello los niños vienen tan contentos a clase. Aunque hay unos objetivos pedagógicos detrás de cada actividad, ellos interpretan que están jugando, pues éste es el pilar de nuestras sesiones.
También es importante tener en cuenta la intensidad de las actividades, de manera que la sesión se equilibra con ejercicios de movimiento y ejercicios de atención, audición y relajación.
Los materiales son un apoyo muy importante. Necesitamos que sean variados y motivadores, e introducirlos de manera que les llame la atención. Muchos de los materiales que usamos son construidos a partir de objetos que tenemos en casa, o elementos sencillos que están al alcance de todos. Asimismo, los niños deben tener la oportunidad de ver y oír los instrumentos que se les presenta. No nos sirve que escuchen una audición de un saxofón y vean una foto: el instrumento debe venir a clase para que ellos puedan ver las dimensiones reales, escucharlo en directo y tocarlo. Esta es una experiencia que seguro no olvidarán (y este es, justamente, el aprendizaje significativo que pretendemos).
Intentamos que las clases sean lo más multidisciplinares posible: relacionamos la música con las artes plásticas, la danza, la literatura y la dramatización.
Los contenidos que trabajamos
Hay cuatro grandes bloques de contenidos:
Canción. La canción tiene un alto componente afectivo, por eso es tan importante en los primeros años de vida. Además de relajar y centrar la atención del niño (por ello la usamos al inicio de las clases), nos sirve como introducción o vía para trabajar cualquier aspecto que nos interese: lingüístico, rítmico, una danza, cualidades del sonido, estructura musical, etc.
Ritmo. Los aspectos rítmicos los introducimos a través del cuerpo y el movimiento, y los afianzamos mediante la interpretación o acompañamiento de canciones con instrumentos de percusión.
Desarrollo del sistema auditivo. Para desarrollar el sistema auditivo necesitamos mucho "entreno", de manera que éste bloque se trabaja con una gran variedad de actividades y materiales: sonidos de animales y del entorno, instrumentos musicales, campanas Willems, interpretación vocal, cajitas de sonidos, etc.
Audición. La audición nos permite ir adquiriendo la habilidad de concentrarnos, hacer silencio y de prestar atención a aspectos concretos. Con niños tan pequeños, empezamos con la audición de relatos cortos (cuentos musicales) y pequeños fragmentos musicales. Nos basamos en la audición activa: el alumno realiza una actividad relacionada con un aspecto que queramos trabajar de la obra, ya sea de ritmo, un instrumento o la estructura. La audición también nos sirve para trabajar la relajación. En clase escuchamos todo tipo de música: desde grandes clásicos a músicos actuales, y haciendo un recorrido por varias culturas.
Además, el curso ofrece...
Asesoramiento a las familias
Ideas y recursos para pasar el tiempo libre de una forma distinta
Invitamos a las familias a participar en una clase trimestral. Así podéis ver qué trabajamos y cómo, y la evolución que los niños hacen a lo largo del curso
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